Reacciones Hemolíticas: Son reacciones en las que el sistema inmunológico del paciente ataca y destruye los glóbulos rojos de la sangre transfundida. Esto puede ocurrir debido a incompatibilidad sanguínea o error humano.
Reacciones Alérgicas: Algunas personas pueden desarrollar alergias a los componentes de la sangre, como proteínas o conservantes. Esto puede llevar a síntomas como picazón, erupciones cutáneas, falta de aire e incluso choque anafiláctico.
Reacciones Febriles: A menudo, una transfusión de sangre puede causar fiebre, que es una respuesta inflamatoria del cuerpo. Esto puede ir acompañado de escalofríos y malestar.
Sobrecarga de Hierro: La transfusión de sangre repetida puede resultar en una acumulación excesiva de hierro en el cuerpo, lo que puede causar daño a los órganos.
Transmisión de Infecciones: Aunque los rigurosos protocolos de cribado han reducido el riesgo, aún existe la posibilidad de transmisión de enfermedades infecciosas a través de la sangre transfundida.