La transfusión de sangre en cirugías es una técnica ampliamente utilizada en todo el mundo. Aunque es una solución que ayuda a salvar muchas vidas, existe una técnica aún poco conocida, con resultados aún más seguros y con un buen costo–beneficio: la autotransfusión por recuperación intraoperatoria de la sangre del propio paciente.
Una encuesta realizada a finales de 2020 revela que el 82% de los brasileños desconocen la posibilidad de usar su propia sangre si necesitan realizar una transfusión. La gran mayoría, el 90% de los entrevistados, cree que la sangre donada es segura.
La encuesta, realizada por LivaNova, también descubrió que más del 60% de los entrevistados desconocían la ventana inmunológica, el período en el que la prueba realizada en los bancos de sangre no puede identificar algunas enfermedades, existiendo así la posibilidad de infección del receptor. Aunque la técnica de autotransfusión no es nueva, la mayoría de la población desconoce sus beneficios para la salud y no tiene idea de su costo.
La técnica consiste en recuperar la sangre del paciente, que se perdería durante la cirugía, pasando por una filtración y eliminación de cualquier impureza. El proceso se realiza con equipos automatizados, que aspiran la sangre del campo quirúrgico, recuperan los glóbulos rojos (componente más importante de la sangre). Después de eso, limpio y completamente seguro, la sangre se reinfunde al paciente. Así, los problemas derivados de la transfusión de sangre, como la contaminación y/o rechazo, se eliminan prácticamente, ya que el paciente está recibiendo su propia sangre. Los informes de los pacientes confirman que la experiencia es muy positiva, y que el uso de la tecnología fue determinante para su rápida recuperación.
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